Para ser mas precisos esta crónica narra la historia de tres matrimonios, no de personas diferentes sino de un mismo par de personajes, quienes a pesar de la distancia, las millas y las noches solitarias lograron escribir el -hasta ahora- mas importante capítulo de su historia de amor.
Sin mas adornos aquí empieza la narración de la alianza entre Jonny "el Apuesto" y Angela "la hermosa" (denominados así por Peter quien fuese su maestro de ceremonias).
El primer capítulo comienza en la habitación del hospital Midelheim, allí tuvo lugar nuestra primera promesa de amor, un momento inolvidable y sublime que selló para siempre el amor de un padre a su hijo y su nueva familia.
Desde el sexto piso, la panorámica de Antwerp, un par de amigos y las flores del jardín fueron testigos silenciosos de lo que significó una bendición, una bienvenida y al mismo tiempo el cierre de un ciclo de vida.
Los pasos lentos y nerviosos a través de un largo corredor nos iban acercando a la habitación 636, allí nos esperaba Stan con una tímida sonrisa y con su alma más cerca de los ángeles que de nosotros.
En el oxígeno se podía sentir el júbilo de un padre que había cumplido con su labor en la vida y la tristeza de verlo partir antes de tiempo.
Sentados al borde de su cama tomamos nuestros símbolos y dejamos que nuestro corazón hablara. Con sus frágiles manos Stan nos dió una bendición silenciosa, que a través de suaves caricias nos daba su aprobación y nos dejaba ver a través de su cansado rostro el amor que sentía por nosotros.
Este momento fue un homenaje a un ser excepcional que cumplió su ciclo antes de poder acompañarnos en el día mas importante de nuestras vidas.
Mientras el 20 de Julio los compatriotas celebraban un año mas del famoso grito de independencia, el segundo capítulo de esta historia se llevaba a cabo, Jonny y yo firmábamos ante la alcaldía de Deurne nuestra acta matrimonial, acontecimiento fundacional de la futura familia Vancutsem Ramírez.
Aunque planeábamos llegar en bicicleta, las previsiones del clima nos hicieron desistir de la idea y llegamos en carro. En la Alcaldía fuimos recibidos por un tímido pero acogedor solecito, que nos permitió tomarnos las fotos respectivas antes de entrar a la sala especialmente destinada para los casorios.
La nutrida delegación colombiana radicada en diferentes partes de Europa, se hizo sentir con la presencia de primos y primas provenientes de Londres, Basilea y Hamburgo, quienes fueron los encargados de darle un toque más especial y familiar a la simplicidad en la firma del acta matrimonial.
Sentados al borde de su cama tomamos nuestros símbolos y dejamos que nuestro corazón hablara. Con sus frágiles manos Stan nos dió una bendición silenciosa, que a través de suaves caricias nos daba su aprobación y nos dejaba ver a través de su cansado rostro el amor que sentía por nosotros.
Este momento fue un homenaje a un ser excepcional que cumplió su ciclo antes de poder acompañarnos en el día mas importante de nuestras vidas.
Mientras el 20 de Julio los compatriotas celebraban un año mas del famoso grito de independencia, el segundo capítulo de esta historia se llevaba a cabo, Jonny y yo firmábamos ante la alcaldía de Deurne nuestra acta matrimonial, acontecimiento fundacional de la futura familia Vancutsem Ramírez.
Aunque planeábamos llegar en bicicleta, las previsiones del clima nos hicieron desistir de la idea y llegamos en carro. En la Alcaldía fuimos recibidos por un tímido pero acogedor solecito, que nos permitió tomarnos las fotos respectivas antes de entrar a la sala especialmente destinada para los casorios.
La nutrida delegación colombiana radicada en diferentes partes de Europa, se hizo sentir con la presencia de primos y primas provenientes de Londres, Basilea y Hamburgo, quienes fueron los encargados de darle un toque más especial y familiar a la simplicidad en la firma del acta matrimonial.
A la derecha de los novios estaban ubicados los padrinos: Tasha y Ronny. A pesar de la barrera de idiomática de Tasha, el compadre cumplió bastante bien con su papel traduciéndole la ceremonia y añadiéndole también unos cuantos comentarios personales.
A la izquierda de la sala Irene (mejor conocida como Bomma –usease abuelita-) y Fanny se tomaban de las manos y lloraban de emoción al ver el sueño de casorio hecho realidad. A diferencia de la madrina, mi progenitora estaba en la luna pues no contó con la suerte de tener traducción simultánea y le toco adivinar lo que el juez decía.
Nuestro juez sonreía amablemente y en un neerlandés bien pronunciado nos fue leyendo la ley de la cual entendí solo la mitad, no solo por lo complicado de los términos legales, sino también por que el craquear de sus dientes al hablar logro distraerme un poco de la emoción del momento.
Nuestro juez sonreía amablemente y en un neerlandés bien pronunciado nos fue leyendo la ley de la cual entendí solo la mitad, no solo por lo complicado de los términos legales, sino también por que el craquear de sus dientes al hablar logro distraerme un poco de la emoción del momento.
Fue así como casi sin darnos cuenta llegó la hora de decir "Ja, Ik wil " (Si, acepto) y nuestras firmas, junto con las de los testigos fueron consignadas en el libro familiar.
Apretón de manos, abrazos de felicitación y unas cuantas lagrimitas de emoción de las mamás en la sala y pa' fuera mijitos pues la próxima pareja ya llegó.
Entre tanto San Pedro parecia no estar ocupado y a la salida de la Alcalíia un aguacero de padre y señor nuestro nos acompaño, si todavia estuviera soltera hubiera salido con canasto y todo porque ese dia llovieron hasta maridos, pero yo ya tenia el mio.
Al llegar al nidito de amor, un delicioso y nutrido Ajiaco nos esperaba, para hacerle homenaje culinario a la familia colombiana, y también para darle a probar las ricuras de nuestra cocina típica a los nuevos miembros de la familia. Lastimosamente la parte de la familia proveniente de Escocia no tuvo la suerte de comer ajiaco, por un error de logística de olla (Sorry de nuevo a los Yusti).
El día termino con una visita a la ciudad y un delicioso waffle belga, tocaba irse tempranito a terminar el ponqué y los demás preparativos para la esperada fiesta.
El 21 de Julio es una día especial para los belgas pues conmemoran la su fiesta nacional , pero este año este día fue particular pues algunos habitantes e invitados de honor a esta pequeña tierra celebraron y fueron testigos del último, pero no el menos importante episodio en nuestra cadena de matrimonios.
Los invitados fueron llegando a Het Rekreatief, un pequeño castillo ubicado a las afueras de Wilrijk (municipalidad perteneciente a la ciudad de Amberes). Allí personas de diferentes culturas y países se dieron cita para acompañar a la feliz pareja.
A su llegada la mayoría de los invitados tomaron con sorpresa y estupor encontrar a Jonny no tan apuesto -vestido de jeans y camiseta- y Angela, no tan Hermosa vestida también de manera casual.
Esta vez San Pedro se apiado de nosotros y decidió hacerle caso omiso a las previsiones de Frank (el Max Henríquez belga) y nos regalo un día absolutamente veraniego, así nuestros invitados pudieron disfrutar de un refrescante aperitivo a pleno rayo de sol.
En cada una de las mesas ubicadas en el jardín, unos y otros se preguntaban si tanta informalidad era parte del atuendo matrimonial, las mujeres mayores casi que rasgaban sus vestiduras al buscar el anillo de bodas.
Ante tanta insistencia y cuestionamientos, nosotros simplemente respondíamos con un "Paciencia, ya verán ".
La llegada del BBQ a las mesas de nuestros comensales hizo que nuestras pintas perdieran importancia y fue así como todos comieron y bebieron departiendo alegremente.
El reloj marco las 8 y llego la hora de prepararnos para nuestra ceremonia, sin despertar sospechas desaparecimos y nos pusimos nuestro atuendo. Nuestro maestro de ceremonias tomo el micrófono y pidió la atención de los invitados, a quienes les dio la bienvenida y las gracias por estar acompañándonos.
Como todo nuestro matrimonio, la música que escogimos como marcha nupcial fue poco tradicional y en vez del acostumbrado taaa taaa tadaaaaa taaa taaa tadaaaaa fue " It's a beautiful day" de U2 el compás que acompaño cada uno de nuestros apresurados pasos hacia las escaleras que servirían de escenario de nuestro pacto de amor.
Allí nos esperaba nuestro gran amigo y guru matrimonial Peter, quien también llevaba una pinta especialmente pensada para la ocasión, los aplausos de nuestra familia y amigos hicieron que nuestros corazones latieran mas rápido y que mis manos temblaran de emoción. Peter comenzó su relato, sobre nuestra historia ….
El momento de intercambiar nuestros votos y los símbolos de nuestra unión llegó y Jonny tomó la vocería, en ritmo pausado, palabras concretas y con el humor que siempre lo caracteriza, hacía con cada palabra latir mas fuerte mi corazón y creaba un gigante nudo en mi garganta, producto de la emoción y las lágrimas que a cada segundo yo trataba de contener.
Cuando el micrófono tocó mis manos, las lagrimas tomaron el control acompañadas también de una inmensa nostalgia por Polo, Stanny y Maureen. Fue así como en medio del llanto logre hacerle saber a Jonny en palabras menos concretas pero llenas de amor y admiración, lo grande que es nuestro amor.
Jonny me puso el anillo, y yo hize honor a nuestra tarjeta de invitación y ate el nudo de nuestra union.
Burbujas, aplausos y lágrimas de emoción sellaron nuestro pacto de amor.
Para incluir así fuera un poquito algo de la tradición partimos el ponqué de novios, que para conmemorar mis raíces fue decorado con orquídeas.
Con música, vino y cerveza empezó la pachanga, gracias a la influencia de las mas pequeñas: Isabella y Manuela fueron las encargadas de abrir el baile e impregnar el ambiente de colombianidad, fue asi como empezó un parrandon que duro hasta entradas horas de la madrugada y le dio fin a este relato de tres matrimonios y un solo amor…
Con música, vino y cerveza empezó la pachanga, gracias a la influencia de las mas pequeñas: Isabella y Manuela fueron las encargadas de abrir el baile e impregnar el ambiente de colombianidad, fue asi como empezó un parrandon que duro hasta entradas horas de la madrugada y le dio fin a este relato de tres matrimonios y un solo amor…